martes, 27 de agosto de 2013

El acoso de los desencarnados


Varias veces a la semana vienen a mi personas buscando ayuda, se sienten incómodos y se disculpan de antemano porque pueden quedar como "locos", buscan mi ayuda porque en otras personas han entrado cejas que se levantan, incómodos silencios e invitaciones al psicólogo. Ellos viven momentos de autentico terror casi a diario, y muchos se sienten incapaces de distinguir entre la verdad y la fantasía, simplemente porque sus conocidos les repiten a diario que su problema se trata de una ilusión. Pero yo me pregunto ¿Qué es la realidad? ¿Lo que perciben los sentidos? puede que esto sea la "verdad" pero me resulta tan primitivo y limitado... Significa que la realidad está limitada por lo que nuestros cinco sentidos nos dicen del mundo, y cada pregunta me la respondo con otra pregunta ¿Acaso tenemos sólo cinco sentidos? es lógico que asís sea, dicen algunos. Recuerdo que en el pasado era lógico que la Tierra fuera plana... 

No sabemos qué pasa después de la muerte, pero sí sabemos que hay un mundo espiritual, y que en ese mundo se almacena energía, que de alguna manera también se filtra al nuestro mediante portales, de esa manera pueden "saltar" ciertas entidades o espíritus entre los mundos, y ser vistos por aquellos que tienen el don. Cuando hablamos de espíritus, nos referimos a desencarnados, seres que han sido humanos y ahora son solo energía, que han pasado el umbral a esta  dimensión o desde la muerte de su cuerpo no han logrado la evolución. Hace poco una chica me comentaba que su mayor problema no era tener ese don, su problema era lidiar con el miedo que estos seres le producen cuando los ve o cuando se acercan. Para introducir mi respuesta le puse un ejemplo sencillo:

Imagina que una anciana va por la calle, ella conoce mucha gente, se los topa por el camino con alegría, pero a lo largo de su recorrido se va encontrando con desconocidos poco agradables para ella, personas con poca higiene, personas con aspecto peligroso o agresivo, timadores, en fin, toda una gamma de personajes de la gran ciudad. Ella no siente ningún temor mientras camina, llega a su casa y se recuesta en su sofá a tomar una cómoda siesta. 

La señora del ejemplo anterior se siente tranquila, segura, pero apuesto a que se sentiría aterrada si estos personajes la cogieran del brazo a lo largo de su camino, la persiguieran, le gritaran cosas, le susurraran obscenidades al oído, y para completar el ciclo de acoso, uno de ellos acercara sus ojos a la cara de la anciana mientras duerme, esperando pacientemente a que despierte. Lo mismo que sentiría esta mujer en el segundo caso, es lo que pueden llegar a sentir muchas de las personas que he tratado, y yo explico: Esa mujer está tranquila porque hay leyes que la protegen de los delincuentes y porque en su casa simplemente cierra puerta y nadie va a entrar a perturbarle. Lo mismo con los espíritus, si tienes el don, tienes que hacer que te respeten, los espíritus se acercan por muchas razones (hablaremos de ello en otros post) pero no tienen derecho a invadir tu espacio si tú no lo deseas, las puertas no le limitan pero usando correctamente la magia puedes sellar tu hogar y proteger tu campo magnético. También puedes pedir ayuda a entidades de poder para que te protejan, el punto es que no tienes que sentir que tu don es una maldición y tu don no tiene porqué ser un punto focal para que los desencarnados te acosen.  

Si eres víctima de este problema y necesitas ayuda para delimitar tu espacio seguro puedes ponerte en contacto conmigo y contarme tu caso. Si quieres compartir tu historia escríbenos abajo. 



martes, 20 de agosto de 2013

Lo que piensan los demás.


Si viviaramos en una isla desierta no creo que nos sentiríamos del todo completos, biológicamente los humanos somos seres gregarios, necesitamos del grupo, necesitamos convivir en manada, salvo algunas excepciones. Prueba de ello, este blog, el facebook, las grandes ciudades, etc, etc, etc. Tenemos implantado un chip que nos dice (conocer gente es sobrevivir), aprendemos patrones de comportamiento, las frases de moda, estilos de vestir, idiomas, hacemos amigos, porque necesitamos que sepan que existimos, hacer contactos, establecer gratas relaciones sociales y amorosas. Aunque muchos no lo acepten, nos importa lo que otros piensan y eso está bien, pero ¿Hasta qué punto eso puede ser sano? 

Apuesto que conoces a la típica persona que es infeliz en su matrimonio desde que se casó pero no se atreve a cambiar porque "¿qué dirá la gente?", conocidos que han sido estigmatizados por sus padres eligiendo carreras desagradables para ellos, gays que siguen en el armario o personalidades extraordinarias reprimidas por estar "fuera de lugar". Este tipo de cosas te pueden estar pasando a ti o a los seres que aprecias y para sanarlo el punto de partida eres tú mism@ y el grado de importancia que le otorgas a la presión social, que evidentemente no es igual en distintas zonas geográficas. Lo que los otros piensan, lo que nosotros pensamos  está estructurado en una complicada base arraigada en la cultura de cada persona. Hagamos un experimento, piensa en algo, en un objeto, que no esté construido con ningún material conocido, de ningún color que conozcas, que huela a algo nunca jamás percibido por el olfato y que tenga una forma tan extraña que nadie logre identificar. Por más fértil que sea tu imaginación necesitamos beber de lo que sabemos para crear algo o interpretar lo que vemos. Lo que otros piensan de ti esta basado en sus creencias, sus propios filtros culturales, religiosos, emocionales y sociales. No permitas que te agredan o limiten dichos filtros, usualmente ásperos y  gruesos, no tienes porqué aceptarlo, no tiene poder sobre ti, ayúdales si puedes y si lo deseas, se compasivo pero no sumis@. Eso que piensan no es tu karma, es el suyo, porque están pensando en sí mismos, y son ellos quienes deben trabajar en su evolución personal. Tu evolución amerita que cumplas tus metas, tus sueños y seas quien quieres ser.